Credo Social
INTRODUCCIÓN
En el escenario del siglo XXI el Credo Social Metodista es uno de los pocos instrumentos de lucha cristiana por alcanzar a los pobres, impotentes y marginados con el amor de Cristo y la promesa fiel de salvación.
El Credo Social Metodista no es solamente una lista de buenas intenciones, sino que integra acciones programáticas.
Para nosotros es un llamado a retomar la esencia del Metodismo, pero ante todo es un llamado a ser hacedores de la Palabra de Dios.
En este mundo desordenado con perspectivas futuras de un desorden mayor, se impone la necesidad de hacer lo que esté en nuestras manos de manera metódica.
Los retos de la actualidad al Credo Social demandan una comprensión amplia de la problemática y su complejidad; establecer prioridades y rutas.
Así para nosotros los cristianos será prioritaria la oración, la Palabra de Dios que nos dice orad unos por otros, amar con misericordia al prójimo y usar como referencia de nuestro hacer a la Biblia.
Levítico 19:19 nos dice:
Mis estatutos guardarás, no harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie, tu campo no sembrarás con mezcla de semillas…con esto queremos decir, que aquello que no observe el orden natural de Dios no debe ser considerado correcto, por más que la ciencia lo propague como un gran logro del avance de la humanidad o que se promueva como falsas libertades en aras de la tolerancia.
Dios se refiere repetidamente a evitar perversiones humanas a riesgo de contaminar la tierra y sufrir los efectos que de ello se derivan.
En el escenario del siglo XXI el Credo Social Metodista es uno de los pocos instrumentos de lucha cristiana por alcanzar a los pobres, impotentes y marginados con el amor de Cristo y la promesa fiel de salvación.
El Credo Social Metodista no es solamente una lista de buenas intenciones, sino que integra acciones programáticas.
Para nosotros es un llamado a retomar la esencia del Metodismo, pero ante todo es un llamado a ser hacedores de la Palabra de Dios.
En este mundo desordenado con perspectivas futuras de un desorden mayor, se impone la necesidad de hacer lo que esté en nuestras manos de manera metódica.
Los retos de la actualidad al Credo Social demandan una comprensión amplia de la problemática y su complejidad; establecer prioridades y rutas.
Así para nosotros los cristianos será prioritaria la oración, la Palabra de Dios que nos dice orad unos por otros, amar con misericordia al prójimo y usar como referencia de nuestro hacer a la Biblia.
Levítico 19:19 nos dice:
Mis estatutos guardarás, no harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie, tu campo no sembrarás con mezcla de semillas…con esto queremos decir, que aquello que no observe el orden natural de Dios no debe ser considerado correcto, por más que la ciencia lo propague como un gran logro del avance de la humanidad o que se promueva como falsas libertades en aras de la tolerancia.
Dios se refiere repetidamente a evitar perversiones humanas a riesgo de contaminar la tierra y sufrir los efectos que de ello se derivan.
Respecto a la pobreza Jesucristo dijo en Betania cuando fue ungido con perfume de nardo:
Siempre tendréis a los pobres con vosotros y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mi no siempre me tendréis. Leer Marcos 14:7.
La pobreza ha aumentado de manera impresionante en los últimos años, a escala mundial se ha profundizado, complejizado y ciertamente podemos hacerles bien si así lo queremos, con la ayuda de nuestro Señor.
Las nuevas necesidades de la mujer reclaman más que un tratamiento de equidad de género, la conciencia de la importancia de la mujer en la construcción de hogares equilibrados a pesar del empleo, de su superación profesional o de su condición de independencia. Revaloriza la importancia del matrimonio, el hogar y la familia como los ámbitos óptimos para la formación de individuos socialmente sanos.
La calle se plantea ahora como un espacio de atención social. Los hogares deshechos se han regalado a la vida pública en subempleo, indigencia y formas de sobrevivencia ilícitas.
La acción social debe entonces instalarse también en las calles.
Recordemos que nuestro Señor Jesús tuvo infinidad de encuentros con los necesitados, justamente en las calles. Recordemos a la mujer adúltera, a los leprosos, los niños que buscaban estar cerca de Él, a la mujer enferma que al paso de Jesús solamente alcanzó a tocar su manto, etcétera.
La Palabra de Dios, nuestro más caro tesoro, debe fluir de nosotros para los necesitados, sean ancianos, trabajadores, prisioneros en vicios y en prisiones físicas, marginados sociales, mujeres solas o niños de la calle.
En un mundo desesperanzado, las Palabras del Evangelio son de vida y nutren la fe en nuestro Hacedor.
Ponerse en manos de Dios es el mejor principio, ganar la batalla de rodillas y con el poder de su Palabra, siendo hacedores del servicio como nuestro Señor Jesús lo hizo.
Siempre tendréis a los pobres con vosotros y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mi no siempre me tendréis. Leer Marcos 14:7.
La pobreza ha aumentado de manera impresionante en los últimos años, a escala mundial se ha profundizado, complejizado y ciertamente podemos hacerles bien si así lo queremos, con la ayuda de nuestro Señor.
Las nuevas necesidades de la mujer reclaman más que un tratamiento de equidad de género, la conciencia de la importancia de la mujer en la construcción de hogares equilibrados a pesar del empleo, de su superación profesional o de su condición de independencia. Revaloriza la importancia del matrimonio, el hogar y la familia como los ámbitos óptimos para la formación de individuos socialmente sanos.
La calle se plantea ahora como un espacio de atención social. Los hogares deshechos se han regalado a la vida pública en subempleo, indigencia y formas de sobrevivencia ilícitas.
La acción social debe entonces instalarse también en las calles.
Recordemos que nuestro Señor Jesús tuvo infinidad de encuentros con los necesitados, justamente en las calles. Recordemos a la mujer adúltera, a los leprosos, los niños que buscaban estar cerca de Él, a la mujer enferma que al paso de Jesús solamente alcanzó a tocar su manto, etcétera.
La Palabra de Dios, nuestro más caro tesoro, debe fluir de nosotros para los necesitados, sean ancianos, trabajadores, prisioneros en vicios y en prisiones físicas, marginados sociales, mujeres solas o niños de la calle.
En un mundo desesperanzado, las Palabras del Evangelio son de vida y nutren la fe en nuestro Hacedor.
Ponerse en manos de Dios es el mejor principio, ganar la batalla de rodillas y con el poder de su Palabra, siendo hacedores del servicio como nuestro Señor Jesús lo hizo.
Estos son los principios que orientan nuestra actuación en la sociedad.
Como Iglesia Metodista de México declaramos que profesamos los siguientes:
Como Iglesia Metodista de México declaramos que profesamos los siguientes:
PRINCIPIOS SOCIALES
1. El
mundo visible es creación de Dios y nos ha encargado su cuidado. Somos
mayordomos de la creación, no sus dueños. Por tanto, cualquier interés o
práctica que perjudique el ambiente, la naturaleza, la vida silvestre y la
dignidad humana, es un atentado contra la creación del Señor, y debe ser
prevenida, detenida y combatida.
2. Todos los hombres y mujeres, por haber sido creados a la imagen y semejanza de Dios, tienen derechos que son inalienables. Fuera del ambiente de la Iglesia Cristiana estos son conocidos como derechos humanos. Defenderemos estos derechos.
3. Realizaremos todos aquellos programas o actividades que prevengan, detengan o combatan intereses y prácticas que lesionen y degraden la dignidad humana, tales como:
· El tabaquismo;
· El alcoholismo;
· La drogadicción;
· La pornografía;
· La prostitución;
· La homosexualidad;
· El racismo;
· La discriminación;
· La explotación humana;
· La guerra;
· El terrorismo;
· La miseria y cosas semejantes a estas.
Amamos al pecador, pero no al pecado.
4. La familia es el fundamento de la sociedad humana. Por tanto, protegeremos y fomentaremos a la familia de manera que cada uno de los miembros que la conforman sea de enriquecimiento y desarrollo el uno para el otro. Prácticas tales como el divorcio, el abuso y explotación sexual y emocional de la pareja o de los menores en la familia, atentan contra esta unidad básica; por lo cual presentaremos un frente unido para prevenir, ayudar a solucionar y acompañar a las familias que estén atravesando por estas situaciones o similares.
5. Todos los hombres y mujeres tienen derecho a que se imparta por igual la justicia, sin que su situación social o económica, preferencia religiosa o política, ni su raza, ni su grado de educación sea un obstáculo o argumento para negársela.
6. Deben aplicarse los principios cristianos en justicia, mayordomía y bienestar común en la adquisición y uso de la propiedad.
7. Estaremos atentos a las necesidades de los campesinos e indígenas en su lucha por una vida digna, y declaramos el respeto al estilo de vida de los diferentes grupos étnicos del país.
8. Declaramos que todos los hombres y mujeres tienen derecho al trabajo como una manera de obtener un mejor nivel de vida.
Por tanto, se protegerá al trabajador y su libertad para organizarse en pro de la defensa de su trabajo y su demanda de salarios que le permitan mejores condiciones de vida.
9. Defenderemos el derecho a la información de todos los habitantes del país.
Dado que los medios masivos de comunicación son un instrumento que influye en la educación, cultura y formas de entretenimiento de la población, se hace necesario que éstos sean democráticos para asegurar que la información sea veraz, esté al alcance de todos y tenga una influencia positiva en la población.
10. Afirmamos que los ancianos y los niños tienen derecho a la vida en las mejores condiciones de vivienda, salud, alimentación, educación, seguridad y protección.
11. Ampararemos el derecho de todos los seres humanos de recibir atención en favor de su salud, y desarrollaremos todos aquellos programas de atención pastoral, médica y psicológica que tiendan hacia el cuidado, la consolación y solidaridad aun con aquellos que padezcan enfermedades terminales tan terribles como el cáncer, SIDA, ébola, entre otras.
2. Todos los hombres y mujeres, por haber sido creados a la imagen y semejanza de Dios, tienen derechos que son inalienables. Fuera del ambiente de la Iglesia Cristiana estos son conocidos como derechos humanos. Defenderemos estos derechos.
3. Realizaremos todos aquellos programas o actividades que prevengan, detengan o combatan intereses y prácticas que lesionen y degraden la dignidad humana, tales como:
· El tabaquismo;
· El alcoholismo;
· La drogadicción;
· La pornografía;
· La prostitución;
· La homosexualidad;
· El racismo;
· La discriminación;
· La explotación humana;
· La guerra;
· El terrorismo;
· La miseria y cosas semejantes a estas.
Amamos al pecador, pero no al pecado.
4. La familia es el fundamento de la sociedad humana. Por tanto, protegeremos y fomentaremos a la familia de manera que cada uno de los miembros que la conforman sea de enriquecimiento y desarrollo el uno para el otro. Prácticas tales como el divorcio, el abuso y explotación sexual y emocional de la pareja o de los menores en la familia, atentan contra esta unidad básica; por lo cual presentaremos un frente unido para prevenir, ayudar a solucionar y acompañar a las familias que estén atravesando por estas situaciones o similares.
5. Todos los hombres y mujeres tienen derecho a que se imparta por igual la justicia, sin que su situación social o económica, preferencia religiosa o política, ni su raza, ni su grado de educación sea un obstáculo o argumento para negársela.
6. Deben aplicarse los principios cristianos en justicia, mayordomía y bienestar común en la adquisición y uso de la propiedad.
7. Estaremos atentos a las necesidades de los campesinos e indígenas en su lucha por una vida digna, y declaramos el respeto al estilo de vida de los diferentes grupos étnicos del país.
8. Declaramos que todos los hombres y mujeres tienen derecho al trabajo como una manera de obtener un mejor nivel de vida.
Por tanto, se protegerá al trabajador y su libertad para organizarse en pro de la defensa de su trabajo y su demanda de salarios que le permitan mejores condiciones de vida.
9. Defenderemos el derecho a la información de todos los habitantes del país.
Dado que los medios masivos de comunicación son un instrumento que influye en la educación, cultura y formas de entretenimiento de la población, se hace necesario que éstos sean democráticos para asegurar que la información sea veraz, esté al alcance de todos y tenga una influencia positiva en la población.
10. Afirmamos que los ancianos y los niños tienen derecho a la vida en las mejores condiciones de vivienda, salud, alimentación, educación, seguridad y protección.
11. Ampararemos el derecho de todos los seres humanos de recibir atención en favor de su salud, y desarrollaremos todos aquellos programas de atención pastoral, médica y psicológica que tiendan hacia el cuidado, la consolación y solidaridad aun con aquellos que padezcan enfermedades terminales tan terribles como el cáncer, SIDA, ébola, entre otras.
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Amor a Dios | Amor al Prójimo
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